Rusia

Rusia es un país inmenso y no únicamente desde el punto de vista de su inabarcable extensión geográfica. La inmensidad de Rusia también se enlaza con la literatura de sus grandes autores de los siglos XIX y XX, con la música excelsa de sus compositores, con el peso de sus personajes históricos, con la importancia de sus hombres de Ciencia y su aportación a la Tecnología Espacial, con sus grandes pintores integrados en las vanguardias europeas de principios del siglo XX... y por supuesto con su Revolución de Octubre de 1917. Sí claro, con la Revolución, porque es imposible hablar de Rusia y omitir la trascendencia de este acontecimiento político que cambió la Historia Universal y que al final colocó a Rusia como uno de los dos polos antagónicos que configuraron durante décadas el orden mundial. Por el presente libro desfilan más de doscientos personajes protagonistas que han configurado la Historia de Rusia y que se asoman a estas páginas como testigos de todo lo que sucedió en aquellas lejanas tierras de nieve y estepa.

Desde Dostoievski hasta Tchaikovski, desde Marc Chagall hasta Yuri Gagarinm desde Lenin hasta Kruschev, desde Dimitri Mendeléyev hasta Serguei Eiseinstein... todos ellos, y muchos más, quedan interrelacionados a lo largo del relato. Los personajes jalonan la narración y ayudan a comprender la inmensidad a la que se ha hecho referencia. También se narra en el libro alguno de los más sórdidos pasajes de la Historia de Rusia cuyas circunstancias no se han evitado y cuya omisión sería imperdonable. El pueblo ruso, nutrido por su alma eslava, siempre se ha sobrepuesto a los duros avatares que la Historia le ha deparado. Es el protagonista del libro y a él va referido el homenaje escrito que sin duda late entre sus renglones.